viernes, 26 de abril de 2013

A LA MANERA DE ALBERTO CAEIRO

 
                                                                  
EL Tajo es tan hermoso
como el río que pasa por mi aldea.

El Tajo avanza sigilosamente
desde las viejas cumbres de la infancia
y se deja morir junto a Lisboa.

Por el Tajo navega la música del Tiempo,
el fantasma del Tiempo,
la mirada perdida del origen del Tiempo.
Por el Tajo naufragan navíos de papel.

El Tajo es tan hermoso
como el río que pasa por mi aldea
porque el Tajo
es el río que pasa por mi aldea.



La cólera, 2012
(XXVII Premio de Poesía "Joaquín Benito de Lucas")
 

miércoles, 24 de abril de 2013

LOS MUNDOS SUTILES

 
 
      Excelente documental de Eduardo Chapero-Jackson sobre Antonio Machado.  Un encargo de Acción Cultural Española para conmemorar el centenario de la publicación de Campos de Castilla. No es un documental al uso. En él, la vida y la obra del poeta sevillano son un hilo conductor que se entrecruza con la conversión en danza de los sentimientos que provocan sus poemas en una estudiante de ballet.
 

sábado, 20 de abril de 2013

"SELECTED WORKS" DE CHRISTINE RENDINA

 
 


     Desde el pasado jueves se expone en EL ALMACÉN DEL PAN, en el madrileño Barrio de las Letras, una selección de la obra de la fotógrafa Christine Rendina. En plena era de la manipulación digital, la artista norteamericana recurre al positivado en papel de la goma bicromatada para lograr efectos pictóricos. Una propuesta interesante que merece la pena visitar. Un procedimiento original (no por novedoso sino por genuino, porque vuelve a los orígenes decimonónicos de la fotografía) que la propia Christine nos explica:
 
 

jueves, 18 de abril de 2013

AGUA


                                    
MÁS allá del poema, al otro lado
de su lámina estéril,
¿qué miras desde el fondo de esos ojos
que apenas reconoces?
¿Interrogas, confiesas, especulas?
Por detrás de la luz la sombra acecha;
por dentro de la sombra
brota una claridad que te redime,
una luz que despierta
al animal que duerme en los espejos,
una luz que pronuncia
palabras como sombras, como ecos,
como reverberantes resonancias,
palabras como lunas:
agua en que se reflejan los secretos.



La cólera, 2012
(XXVII Premio de Poesía "Joaquín Benito de Lucas")

 

martes, 16 de abril de 2013

CATIVA EN SU LUGHAR / CASA PECHADA



      En el año 2006, el poemario Casa pechada, de Luz Pichel (Alén, Lalín, Pontevedra, 1947) se hizo con el premio Esquío de poesía en lengua gallega. Según su autora, este libro quiso ser un ajuste de cuentas, con su propia lengua y con su propia historia personal y familiar. La colección Diminutos Salvamentos -Progresele Ediciones- lo ha reeditado este año, acompañado de su traducción al castrapo, una lengua fronteriza, deforme y ruin, hija de la humillante diglosia que obligó a los gallegos a abandonar su lengua materna en favor del castellano, que era la lengua del poder, el prestigio social y el bienestar económico. Pero Cativa en su lughar no es una mera traducción, sino la versión muy libre ("refeita") de Casa pechada, el viaje de Luz Pichel a sus orígenes, al lugar y a los objetos que conformaron las vivencias de su infancia.
      El volumen es un verdadereo regalo para la sensibilidad que se compone de varias partes:
      1. Lenguas ruines (anotaciones de la autora a esta edición)
      2. Cativa en su lughar, autotraducción del libro original al castrapo, acompañada por unas glosas de la autora, textos que median en los márgenes entre un idioma y otro.
      3. Notas para un libro refeito ((findologos, sobreopunto)), interlogo que se sitúa en el axis de la publicación y cuya autora es la poeta María Salgado.
      4. Casa pechada, poemas originales en gallego.
 
      Para muestra, un botón:
 


POEMA PRÓLOGO

Hai nesta aldea un gato
que coñece os abismos.
 
Ás noites,
desde o Alto das Penas,
érguese e mira para a casa que fora do seu dono
e laia coma un cadelo adoecido.
A súa sombra é longa e afiada.
Espétaselle a un no peito de por vida.
 
Vai haber que o matar.
 
(Casa pechada)
 

POEMA PRÓLOGO
Al animal

Un animal, un gato, un ghato,
dos córneas, dos cortes verticales frente a lo hondo,
lo fondofondo, la noche, la noiteneghra.
A la nochenegra, yérguese, animalito,
espeta sus dos patas en el Alto das Penas,
yérguese y mira para la casa que fue de su amo,
que fue de su amo,
lo hondo allá hondo qué es
quéjase, laia, es
un cadelo adolientado,
una sombra longa
una sombra un hilo
un filo negronegro
un filo neghroneghro,
clávasele a una de por vida
clávasele a cualquiera de por vida y va a haber que matarlo
va a haber que matarlo
va a haber que lo matar.
 
(Cativa en su lughar)
 

      Dejo también el vídeo de la presentación del libro en el Matadero de Madrid, en enero de este año, a la que no pude asistir y ahora recupero:
 


martes, 9 de abril de 2013

EL PUENTE




 
      El pasado mes de diciembre la Editorial Pre-Textos publicó la última versión realizada hasta el momento de la obra de Hart Crane, El puente. La magnífica traducción corre a cargo de Margarita Fernández de Sevilla y Sally Burgess, del Taller de Traducción Literaria de la Universidad de La Laguna.
      Nacido en Ohio en 1889, Harold Hart Crane es uno de los poetas norteamericanos más relevantes del siglo XX. Inestable, contradictorio, autodidacta, hijo único de unos padres divorciados que jamás lo comprendieron, supo desde muy pronto que su destino era ser poeta y se dispuso a recoger la herencia de Walt Whitman, al que admiraba profundamente. Leyó con voracidad: a los isabelinos, a Óscar Wilde, a Rimbaud, a Emily Dickinson, a T.S. Eliot, a Ezra Pound... y, al parecer, se relacionó con Federico García Lorca durante la estancia de éste en Nueva York. Autor de una obra tan breve como intensa (sólo publicó dos libros: White Buildings, en 1926, y The Bridge, en 1930), murió antes de cumplir los 33 años. El 27 de abril de 1932, tras una vida infeliz, marcada por la homosexualidad y el alcoholismo, se arrojó a las aguas del Golfo de México desde la cubierta del buque Orizaba. Cuentan que fue después de que unos marineros le dieran una paliza por haber intentado seducir a uno de ellos: se quitó la chaqueta, la dobló cuidadosamente, la dejó sobre la barandilla y se lanzó por la borda ante decenas de testigos de los que se despidió al grito de "¡Adiós a todos!"
      El puente es un libro clave en la poesía contemporánea y un clásico de la poesía norteamericana de principios del siglo XX. Concebido como un poema épico dividido en partes, pretende ser una síntesis de los Estados Unidos. El mítico puente de Brooklyn, el primer puente colgante del mundo, emblema de la modernidad y el progreso, es el punto de partida, el icono de una ciudad y un país, el símbolo de la gran América, de unos Estados Unidos fundados en unos valores que Crane consideraba ejemplares. 
      Obsesionado por dotar a su poema de un "andamiaje", idea distintas secciones que luego va puliendo, en un continuo proceso de reescritura, hasta dejarlo en la estructura definitiva: un prohemio y ocho secciones numeradas. Una epopeya en la que tienen cabida el viaje de Colón, el sueño de Eldorado, el río Mississipi, la conquista del Oeste, Pocahontas y la cultura indígena, el Cutty Sark y el dominio de los mares, el nacimiento de la aviación, Edgar Allan Poe, Walt Whitman, el túnel del metro... y, como cierre, otra vez el puente, en el aria final ("Atlántida") que el poeta compuso en la misma habitación desde la que, treinta años atrás, el ingeniero que lo diseñó supervisaba las labores de construcción.
      Escrito bajo la influencia de Rimbaud y de Walt Whitman, El puente no es un poema fácil, sino todo lo contrario. Oscuro y musical, alucinado e intenso, suscitó inicialmente el rechazo de la crítica, lo que llevó al poeta a una profunda depresión y una sensación de fracaso que quizá contribuyera a precipitar su trágico final. Hoy, sin embargo, está considerado como un punto de inflexión en la historia de la poesía moderna. Merece la pena cruzar este puente.


 
 VIRGINIA
 
 
Oh la lluvia a las siete
Y la paga a las once.
Sonriendo mantén al jefe lejos,
Mary (¿qué vas a hacer?). Pasaron
Ya las siete y las once,

Y yo sigo esperándote.

¡Oh, Mary, ojos azules y pañuelo burdeos,
Mi Mary de los sábados!

¡Campanillas del carro
De golosinas!
¡Palomas a millones,
Y Prince Street en primavera,
Donde brillan los higos
Junto a las ostras!
 
¡Oh, Mary que te asomas desde el silo,
Suelta tu trenza de oro!

En pleno mediodía
De mayo las violetas
Se esparcen en cornisas de narcisos.
Reinan en Bleecker bandas de trileros,
Con crin de poni las peonías
Y en las ventanas nomeolvides:
¡Allá arriba, en la torre de latón, resplandece,
Oh, Mary catedral,

resplandece!
 


Hart Crane ante el puente de Brooklyn
 


 

lunes, 8 de abril de 2013

APOLOGÍA



Si la vida te deja entre las manos
su terrible moneda
-esa oscura moneda que te aboca
a no se sabe qué profundas simas,
a qué alados espacios luminosos-,
no rehúses las sombras
ni desdeñes los dones que te otorgan:
su tristeza hiberniza,
sus aromas azules como lágrimas,
su desolado ámbito
de nave a la deriva,
como de gran naufragio irremediable
en un charco de lodo...

Sin ellas,
¿cómo reconocer
el mar, la luz, el gozo?
¿Y cómo amar, sin ellas,
la blanca gaviota
que planea en el cielo del verano?


Islas, 1991
(VII Premio "Ángel González" de poesía)